Los tintos de Borgoña dependen completamente de su entorno (terroir) para obtener sus matices de sabor. Estos tintos son más ligeros con acidez media y taninos típicamente más bajos.
Hay una gran variedad de precios en los tintos de Borgoña. La región produce algunos de los vinos de mesa más consistentes junto con algunos de los más caros y coleccionables del mundo.
Pinot Noir es casi siempre la uva preferida en Borgoña. Estos tintos son significativamente menos afrutados que las variedades americanas: en Borgoña todo se trata del terruño, que puede variar mucho dentro de la región. El carácter de estos vinos es el resultado de las variaciones en el clima y las diferencias en el suelo a lo largo del río que bordea la región.
En el extremo sur de Borgoña, se utiliza Gamay en lugar de Pinot. Las frutas rojas suelen adornar la nariz y el paladar.
Los tintos de Borgoña se acumulan bien y, por lo general, pueden envejecer durante muchos años antes de beberlos.
Con respecto a la comida, estos tintos van bien con platos salados sin demasiada especia. Incluso puedes disfrutar de un Borgoña rojo claro con algunos pescados más grasos. Trate de evitar los platos más picantes y las verduras de hoja verde.
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